17 de marzo de 2012

Tras las Montañas

Los intrépidos exploradores quisieron atravesar la espesa e infranqueable flora. Su deseo era dejar atrás las montañas y su pasada y oscura vida. Sencillamente, caminar hacia el sol.

El amanecer era tibio. Los primeros rayos de sol se asomaban tras las montañas, dibujando estelas doradas en el cielo aún sonrosado. El rocío acariciaba sus desnudos brazos como la refrescante lluvia de una tarde de verano.

Pese a la complicación de cruzar el frondoso bosque, ya habían empezado a subir la inclinación de las verdes montañas. Estaban más cerca de lo que se pudieran haber imaginado antes de su partida. Sonreían al mirar hacia arriba, al ver como los rayos de sol coronaban la cumbre. Seguían caminando más apresuradamente. Les acompañaba el agradable aroma a tomillo y romero silvestres. También olía a arena húmeda, y a jazmín mezclado con rosas. Era todo tan agradable… Parecía la entrada al Paraíso…

De pronto el último de los muchachos gritó:

- ¡Chicos! ¡¡Chicos!! ¡Ayudarme! ¡Se me ha hundido el pie en este charco!

Cuando se giraron, observaron que no era un charco de agua, sino una especie de barrizal. Y tampoco era el pie… Ya era casi media pierna…

- Tranquilo, te sacaremos de ahí. –Dijo otro, mientras corrían hacia su compañero.

- ¡Pero si es que me hundo! – Gritaba asustado.

Le agarraron de los brazos y del cuerpo, y tiraban de él con fuerza. Pero como si de un balancín se tratase, cuando parecía que le sacaban unos milímetros, sus salvadores se hundían otros pocos en el barro.

Exhaustos tras el balanceo interminable, observaron mientras se sumergían en el barro, como la corona luminosa de la montaña desaparecía tras ella, y ésta, se volvía más y más alta…

3 comentarios:

Matías dijo...

Muy angustioso este texto también joder jajajaja...
Pobres, nunca conseguirán ver la luz.
Me ha encantado, pero tienes que corregir un fallo que me he encontrado, has puesto "de prono*" en vez de "de pronto".
Aun así no deja de ser un texto que llama la atención del lector.
Sigue así.

Roberto Hidalgo Matía dijo...

Corregido. ¡Gracias Mati!

Uncle Joe dijo...

Ganar a la montaña nunca fue fácil y si encima tiene hambre...