22 de marzo de 2012

En la Vivienda de Sonia Rodríguez

El apartamento era muy pequeño, pero no le faltaba lujo de detalles. Era una vivienda antigua, pero con bastantes comodidades. Persianas automáticas, cristales inteligentes para el control de la luz, un ordenador táctil… Detalles muy poco comunes en una persona que había sido liberada de prisión hace escasos meses…

- ¿Seguro que estaba limpia? – Dijo Kozlov al oficial Granados, mientras volvía a juguetear con el zippo.

- No tenemos pruebas de que haya vuelto a pasar…

- Tiene que haber algo…

La científica seguía tomando huellas, repasando datos y pruebas, pero nada que involucrase a Sonia en el tráfico de PW52, ni en nada parecido… Y tampoco había entrado nadie más en la vivienda…

A Kozlov le llamó la atención un pequeño y viejo escritorio de madera donde reposaba ese ordenador recién estrenado. También descansaba en la mesa un flexo que iluminaba el vidrioso teclado.

- ¿Por qué está encendida esta luz? – Preguntó el inspector.

- Señor, también está encendida la cafetera, estaba aquí antes de ser asesinada, pero no hay indicios de que hubiese nadie más con ella…

- ¿Está seguro? Porque aquí hay una taza de café, y hay en la cocina, sobre la encimera, otra.

- Una está casi terminada y la otra a medio empezar…

- Es extraño…

- ¿Por qué inspector?

- Te preparas una taza de café en la cocina y te la traes al escritorio mientras usas el ordenador o lo que sea. Hasta ahí tiene su lógica…

- Sí…

- Y luego te preparas otra la das un sorbo en la misma cocina y la dejas allí… Eso no me cuadra…

- A lo mejor la avisaron por teléfono en ese momento…

- ¿Y dónde está el teléfono? ¿Por qué no apagó nada? Ni la cafetera, ni el ordenador, ni la luz.

- Sería una llamada muy importante…

- Hay que encontrar ese teléfono, porque se lo llevó el asesino. Aún así estoy seguro que aquí había dos personas. La víctima y el asesino.

Kozlov releyó la inscripción del zippo y volvió a encender otro cigarrillo con gesto melancólico y a la vez metódico. Se acercó al escritorio y empezó a mirar el contenido del ordenador y los papeles que estaban justo a su lado.

- La víctima le dio algo al asesino, un número, una dirección o algo…

- ¿Cómo lo sabe?

- Por esto.

Encima del escritorio había un bolígrafo destapado, un folio con cuatro garabatos y al que le faltaba un trozo.

- Le dio algo… Pero el qué… - Pensaba en alto Kozlov.

Miró bajo el escritorio y vio una vieja torre de un ordenador, apagada, sin enchufar, pero parecía ser manipulada con frecuencia… Kozlov se arrodilló y empezó a tocarla, a mirarla con un detenimiento asombroso. De pronto, destapó el frontal…

- Toma. – Dijo mientras lanzaba al oficial varios viales de PW52. – Se ve que no estaba tan limpia.

El oficial estaba atónito observando el trabajo del inspector.

- ¿Alguien tiene un lápiz?

- ¿Un qué? – Preguntó el oficial.

- Sí, un lápiz o un carboncillo. ¿Nadie tiene uno?

- No.

- Yo tampoco, señor. – Contestó otro agente.

Con gesto desagradable, Kozlov se puso frente al papel que descansaba sobre otros. Le dio varias caladas seguidas al cigarrillo y tiró la ceniza sobre otro folio que asomaba una de sus esquinas por el trocito que faltaba. Con una tranquilidad absoluta, extendió la ceniza por la superficie.

C/ AZABACHE Nº 3.

- Granados.

- Sí inspector…

- Envíe a dos patrullas a esta dirección. – Dijo mientras señalaba la blanca esquina difuminada con ceniza. – No sé quién o qué hay ahí. Pero la víctima dio esta dirección a su asesino.

5 comentarios:

manu dijo...

Nunca me gustó leer pero aquello que he leido de Roberto Hidalgo me ha entusiasmado, me tiene embriagado por su misterio y oculta ternura. Tiene pinta de tener una buena proyección como escritor, quizas es por ser joven, no se quizas haya pasado por las mismas experiencias que yo, no se no le conozco de nada, tendria que preguntarle jejeje. De momento voy a seguirle a ver en que acaba la cosa

Alessandra dijo...

Joder Rober, ya has hecho que me enganche a otra historia! Cuando te pille te hago el tercer grado!! Un besazo!

Roberto Hidalgo Matía dijo...

Gracias a ambos. Me alegro que os guste y que disfrutéis leyéndome. ¡Besos y abrazos!

Uncle Joe dijo...

No sé si mi comentario se ha hecho público, si no repito. La investigación se pone interesante. Este capítulo me gusta más que el primero, además el asesino es vecino del barrio. Mooola.

Roberto Hidalgo Matía dijo...

Me alegro que te guste Uncle Joe. Sí, vive aquí al lado, así que tendré que andarme con ojo. Hey Man.