16 de abril de 2012

Querido Rober

Querido Rober:

Tal vez parezca bastante narcisista escribirse a uno mismo, pero con todas las veces que he hablado solo, no creo que esto vaya a ser muy diferente… No sé qué puedo contarte que no sepas Rober… Es tan complicado… Pero creo que esta carta te hará sentir bien. Podrás leer tus pensamientos, cosa que no se hace todos los días. Puede que esto sea tu refuerzo positivo, ese que tanto anhelas. Aunque creo que las ideas no se te aclararán después de leer la carta.

Creo que debería empezar dejando todas estas gilipolleces a un lado y hablarte de ti, de tus pensamientos, de tus inquietudes…

Creo que estoy en la obligación de decirte que conocerte ha sido la experiencia más gratificante y compleja, que jamás haya podido tener. Por desgracia, cada segundo que pasa, siento que aún me queda demasiado recorrido para conocerte de principio a fin, y la sensación que tengo es que nunca lo lograré en su totalidad…

Sé que tu confusión es tan grande, que a veces tengo la sensación que me afecta incluso a mi. Pero no debes preocuparte por eso Rober… Y si no lo logras, contéstame a este escrito, o háblame, siempre estaré para escucharte.

¿Qué tal te va en el trabajo? ¿Y en las Universidades? ¿Y en general? Perdóname… Demasiadas preguntas, y lo peor de todo es que ya conozco las respuestas. Una vez más discúlpame…

Debes pensar en positivo tío… Pensar en que tus metas las alcanzaras tarde o temprano. Siempre has sido un luchador, nunca me podría imaginar a Rober rindiéndose. Dios… soy penoso animando a la gente… Incluso a mi mismo… Al igual que sé que enviarte esta carta a través de tu “blog” es la idea más ridícula y extraña, que en toda mi vida se me hubiera ocurrido… Pero debes disculparme por eso también…

No quiero privarte más de tu tiempo… Ya tienes suficiente carta para leer, y tampoco creo que sea la lectura más gratificante del mundo… Pero ya está escrito, y no sé en que medida te afectará, o si te hará sentir mejor… o no… Pero trata de leerme, de escucharme, pero sobre todo de ver en ti mismo…

Siempre te apoyaré, siempre estaré en tus ideas… Siempre seremos uno…

Un abrazo que te daré con el último punto de esta carta.

Roberto.

8 de abril de 2012

La Página en Blanco

Queridos amigos:
Hoy vengo decidido a hablar de aquello que a los escritores nos cautiva y nos abstrae de la realidad. Aquello que es capaz de hacer que permanezcamos ante el escritorio durante horas... Esto es la Página en Blanco. Esa página que a todos se nos resiste, se hace eterna en su pureza inmaculada dispuesta a ser mancillada con nuestras palabras, se muestra como un universo de posibilidades infinitas y delirantes... Ese hueco en el corazón que se permite el lujo de ser escudriñada hasta la celulosa... Esa página... Que alberga la inmensidad de la imaginación y de la magia personal... Hace poco hablé con "Uncle Joe" sobre el tema, y la clave está en la simplicidad... En sentarte ante esa página y no pensar... Solamente acariciar las teclas, hacerlas vibrar... Y a partir de ahí, todo va saliendo, esa magia oculta que poseemos, esa melancolía, esa ilusión de proporciones universales... Eso que trato de hacer ahora mismo...
Descansar amigos míos. Descansa tú también, Página en Blanco...